Inesperado resultado para el GP de España con un 1-2 de Ducati para contrarrestar el dominio de la Yamaha de Fabio Quartararo. Di Giannantonio ganó en Moto2 y Acosta repitió victoria en Moto3.
Cronológicamente, la jornada en Jerez de la Frontera arrancó con una apretada carrera de la clase menor. Con una decena de pilotos luchando por la victoria, sorpasos al límite, frenadas arriesgadas y situaciones desencadenantes.
¿El resultado? Otra verdadera obra de arte del ‘rookie’ Pedro Acosta. El español heredó el triunfo a metros del final, tras salir airoso del caos que provocó Deniz Öncu en la última curva, cuando se cayó y se llevó consigo a Jaume Masia y Darryn Binder (una posibilidad que no hay que descartar cuando los nueve punteros vienen encerrados en menos de un segundo y cada uno quiere cruzar primero la línea de meta). Sus acompañantes en el podio fueron Romano Fenati y Jeremy Alcoba, pero también podrían haber sido Andrea Migno, Ayumu Sasaki o Carlos Tatay, ya que llegaron todos muy apretados.
En Moto2, Fabio DiGiannantonio no dio opciones a sus rivales y lideró la competencia de punta a punta. El italiano se escapó desde el segundo cajón de la grilla y aprovechó que dejando que sus perseguidores pelearan entre ellos. Así, cada uno a su turno fueron escoltas, pero siempre perdiendo tiempo tratando de aventajar a los integrantes del segundo pelotón. Marco Bezzecchi fue el escolta del ganador, seguido Sam Lowes, Remy Gardner y Raúl Fernández.
En MotoGP, Cuando todo indicaba que llegaría un tripleta de Fabio Quartararo en Jerez, “El Diablo” debió resignar posiciones y los integrantes del equipo Ducati se quedaron con todos los honores.
El francés arrancó el GP de España desde la pole, con todas las intensiones de repetir lo conseguido en 2020, cuando ganó en allí durante dos fines de semana consecutivos. Pese a una largada discreta, el francés fue trepando desde la cuarta colocación hacia la punta, en el lapso de cuatro vueltas y ejecutando maravillosamente a Bagnaia, Morbidelli y Miller, cada uno a su turno. Desafortunadamente, esos tres protagonistas se quedarían celebrando con las copas de jerez en el podio, mientras “El Diablo” llegó a su box profundamente dolorido, física y moralmente.
Promediando la competencia, y cuando tenía todo bajo control, comenzó a entumecerse su antebrazo derecho, esa afección conocida en el ambiente como “síndrome compartimental” que afecta algunos músculos que preceden a la mano más importante de todo piloto, la que acelera y aplica el freno con mayor fuerza. Poco a poco Quartararo perdió rendimiento, fue superado por los hombres del podio, y soportó la humillación de ser adelantado por otros diez rivales para quedar en el puesto 13.
Para los pilotos de Ducati, toda la gloria en un circuito donde jamás se lo hubieran imaginado; porque hacia desde 2006 que la marca no vencía en Jerez (de la mano de Loris Capirossi) y fue un doble festejo: por la victoria de Jack Miller (la segunda en su campaña) y por la punta provisional de Francesco Bagnaia (que ahora observa a todos desde lo más alto de la tabla).
Otro que disfrutó placenteramente el jerez de la victoria fue Franco Morbidelli, poniendo en el podio a la mejor Yamaha, aunque sea un modelo del año pasado. Sus otros compañeros de marca terminaron: séptimo Viñales y decimoséptimo Rossi (sin palabras).
El último de los grandes protagonistas que también salió conforme de Jerez fue Marc Márquez, porque regresó al lugar de su accidente en 2020, porque terminó en los puntos (noveno) después de dos caídas aparatosas (una en FP3 y la otra en el Warm Up) y porque se dio cuenta que volver a los primeros planos será un trabajo de menor a mayor (y en España, dio otro gran paso). La próxima fecha será en 15 días en Le Mans, Francia.