El Mundial de Velocidad arrancó en Qatar con tres victorias peninsulares: Andrea Migno (Moto3), Celestino Vietti (Moto2) y Enea Bastianini (MotoGP). El legado de dos leyendas italianas está presente.
Una de las noticias del último viernes 4 de marzo fue que el Mundial de MotoGP se preparaba en Qatar para iniciar la temporada 2022 por primera vez sin Rossi desde que se creara la división mayor en 2002. La otra, fue la novedad que llegó al Paddock sobre la flamante paternidad de Valentino, anunciando el nacimiento de su hija Giulietta. “Si no brillo yo, brilla mi ausencia”, dice la famosa frase.
A partir de entonces, el curso de los acontecimientos deportivos comenzaron a gestarse hasta culminar el domingo a última hora (en realidad, las 19:00 hora de Losail) con tres celebraciones en el podio entonando las estrofas del himno nacional de Italia.
Moto3 tuvo una carrera insólita, donde su cómodo líder (Ayumu Sasaki) cometió un error para perder los tres segundos que llevaba de margen, muchas posiciones por cómo quedó su moto (se rompió parte del carenado) y la chance de ganar en su debut con la Husqvarna del Team de Max Biaggi. Quienes luchaban por la posición de escolta, heredaron la punta y definieron en un apretado final. Ganó Andrea Migno, piloto de la VR46 Academy, por apenas 37 milésimas sobre Sergio García (había sido penalizado con una “long lap” por maniobra peligrosa) y tercero fue Kaito Toba (quien ostentaba su único podio con una victoria, también en Qatar en 2018).
Celestino Vietti, piloto del equipo Mooney VR46 de Moto2 se había quedado con la pole el sábado tras anularle la última vuelta rápida a Sam Lowes y, partiendo desde el primer lugar, otro de los pupilos de Rossi no defraudó. Se escapó ni bien se apagó el semáforo y así consiguió su primera victoria en la clase intermedia por delante de Aron Canet. Atrás, lo mejor de la carrera estuvo en la lucha por la tercera posición entre Ai Ogura, Augusto Fernández, Tony Arbolino y Sam Lowes, donde un error del japonés en la última curva le dejó servido el puesto en el sitial de honor al experimentado británico.
La carrera de MotoGP podría significar también un triplete para las huestes de la VR46 Academy, porque “Pecco” Bagnaia aparecía como favorito (a pesar de una mala clasificación) y en su hipotético reemplazo se sugerían otros candidatos provenientes del mismo semillero: Franco Morbidelli, Luca Marini y Marco Bezzecchi (un podio de cualquiera hubiera sido una fiesta). Sin embargo, ninguno brilló y en los primeros giros, que fueron comandados por las Honda de Pol Espargaró y Marc Márquez, solamente figuraba un italiano entre los 13 primeros: Enea Bastianini.
Desde el quinto lugar, poco a poco “la Bestia” fue haciendo rendir el ritmo de la Ducati Desmosedici GP21 que ahora le alista el Gresini Racing y superó primero a la Suzuki de Joan Mir, después dejó atrás a Marc Márquez, le hizo frente a Brad Binder con una veloz KTM y se fue a la caza del menor de los Espargaró. Lo superó cuando faltaban menos de cinco vueltas, para poner una Ducati al frente, defender los colores de la bandera italiana en lo más alto del podio y entregarle en homenaje la victoria a Nadia Padovani, esposa del difunto Fausto Gresini y administradora del equipo.
Así como Valentino Rossi estuvo presente en Qatar mediante su legado de la “Academia” con dos victorias en las clases menores, Fausto Gresini (otro gran promotor del motociclismo italiano) también sobrevoló en espíritu el Lusail Circuit, para arrancar el año con una victoria, para salvar el honor de Ducati y seguir apuntalando a las estrellas del mañana.
#ForzaItalia!
(texto y comentario sobre una idea de motociclismo.es)