Inicio MOTOGP Austria & Aragón: De tríos… y cuartetos

Austria & Aragón: De tríos… y cuartetos

“Conocer el pasado para entender el presente y predecir el futuro”, la máxima que describe la historia como ciencia también puede aplicarse para comprender (e imaginar) algunos hechos del motociclismo actual.

En una reciente nota explicando la actualidad de MotoGP, el colega Mat Oxley escribió en la publicación británica Motor Sport que “en las carreras, la historia es casi siempre la misma: quien cuente con los ingenieros más inteligentes y con los pilotos más talentosos saldrá vencedor. Es natural que, siempre que se combine hombre y máquina de la manera correcta, existirá poca resistencia. No puede ser de otra manera. El motociclismo es un deporte técnico, donde la tecnología importa tanto como el talento”.

Si tomamos las estadísticas de la clase mayor y vinculamos la cantidad de triunfos de los ‘tríos’ más exitosos (moto/piloto/ingeniero) encontramos que en los años sesenta, Giacomo Agostini, la MV Agusta 500 Tres Cilindros y Arturo Magni se acoplaron a la perfección para alcanzar 61 victorias en la clase mayor de aquella época. Un poco más acá en el tiempo, en la década del ’90, Mick Doohan, la NSR500 de Honda y Jeremy Burgess, no tuvieron resistencia para obtener 54 triunfos. Ya en el nuevo milenio, Valentino Rossi y la Yamaha YZR-M1 de Masao Furusawa (administrada en pista por el mismo ‘Jerry’ Burgess) tampoco encontraron rivales para lograr títulos. En la actualidad, el dos veces campeón del mundo Francesco Bagnaia, sobre la Ducati Desmosedici GP diseñada por Gigi Dall’Igna, alcanzó los 25 éxitos en el GP de Austria y el trío amenaza con seguir conformando una fórmula ganadora en el futuro.

Precisamente, este presente experimentado por MotoGP, con una sola marca prevaleciendo en la mayoría de las carreras (en lo que va de 2024, sobre 12 Grandes Premios, Ducati ganó 11 y Aprilia sólo 1), genera que muchos aficionados y seguidores de la categoría condenen a la fábrica de Borgo Panigale por hacer las carreras monótonas, predecibles y aburridas. A ellos, Oxley les responde con una acertada conclusión: “No es culpa de los ingenieros, es culpa de los rivales por no estar a su misma altura”. Y a continuación agrega, con conocimiento, que “los cinco fabricantes actuales de MotoGP (Aprilia, Ducati, Honda, KTM y Yamaha) gastan fortunas para tener las mejores motos, construidas por los mejores ingenieros para ser tripuladas por los mejores pilotos. Hay que estar en el día a día de los últimos años para saber que ‘nadie’ le regaló nada a Ducati para obtener su exitoso presente”.

Repaso histórico

Arturo Magni reconfiguró la MV Agusta y construyó chasis especiales para que Giacomo Agostini pudiera contener la carga de Honda y Mike Hailwood a partir de 1966. Jeremy Burgess aportó un tipo especial de pragmatismo al terrible momento vivido por Mick Doohan con su lesión en 1993 y adaptó la NSR500 para que el australiano lograra sus cinco títulos mundiales (de 1994 a 1998). Masao Furusawa diseñó el potente motor de la YZR-M1, tal cual Rossi y Burgess lo había solicitado para poder vencer a la Honda RC211V que la misma dupla había transformado en imbatible unos años antes.

Cuando Luigi Dall’Igna llegó a Ducati en 2014 (proveniente de Aprilia), el Reparto Corse estaba tan desorientado como lo está ahora el departamento HRC de Honda. La marca llevaba años sin victorias y ‘Gigi’ aportó nuevas e innovadoras teorías. Sus ideas iban desde la concepción de la moto (especialmente en el apartado aerodinámico) hasta la elección del piloto, que debería ser ideal para el tipo de máquina que se le iba a entregar. Es por eso que, a pesar de redireccionar rápidamente el rumbo (Ducati cortó la mala racha en Austria de 2016, pero en 2015 ya consiguió dos poles), no fue consistente en los resultados hasta la llegada de Francesco Bagnaia (en el camino, quedaron sin chances: Andrea Dovizioso, Andrea Iannone, Jorge Lorenzo y Danilo Petrucci). En ‘Pecco’, Dall’Igna encontró al compañero justo para la Desmosedici GP, un piloto capaz de exprimir la moto en aquellos dos apartados en los más había trabajado: control de frenada e ingreso y salida de las curva. Potencia siempre tuvo el motor ‘desmo’, pero había que tratar de que esos caballos de fuerza se transformaran en el mejor agarre, y es allí donde ‘Pecco’ se integró al trío y comenzó obtener resultados.

Futuro venturoso

Pero, así como los números son importantes en la competición, a veces las matemáticas no terminan siendo tan precisas. No siempre ‘dos más dos es cuatro’. Porque si para Mat Oxley el trío Ducati/Bagnaia/Dall’Igna podría ser uno de los más exitosos de toda la historia (por lo involucrado que está el ingeniero con la actividad en pista, a diferencia de otros casos); una simple maniobra para aprovechar las oportunidades del mercado pudo haberlo complicarlo todo.

La llegada de Marc Márquez al equipo oficial Lenovo Team a partir de 2025 para disponer del mismo material con el que hoy cuenta Bagnaia, podría alterar la ecuación exitosa y generar dos posibles resultados: que cunda el caos ante el enfrentamiento de ‘dos gallos en un mismo gallinero’ o que aquel trío tan elogiado por Oxley se transforme en un cuarteto. De todas maneras, si sucede esto último, llegará un momento donde uno de los protagonistas deberá bajarse del escenario, ya que la corona de Campeón del Mundo de MotoGP es solo una.

Mientras tanto, Ducati podrá seguir dominando en lo que resta de esta temporada. Copando podios como los 8 que logró de manera consecutiva (nuevo récord) o intentando batir los 17 totales que tiene Honda (ya empató esa marca en Austria). O ganar con las diferentes versiones de la Desmosedici (Márquez llegó a la victoria 99 de Ducati en MotoGP con una GP23) y tratar que, a pesar de contar con cuatro de sus actuales pilotos en lo más alto de la tabla provisional (Martín, Bagnaia, Márquez, Bastianiani) el #1 de campeón permanezca el año que viene pintado sobre un carenado rojo (‘Martinator’ se irá a Aprilia y ‘Bestia’ correrá para KTM). Ducati gana, sí, estamos de acuerdo, pero si analizamos en profundidad cada situación (y el porqué de cada situación) no coincidimos con aquellos que argumentan un campeonato 2024 aburrido. Para nada.

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