¿Cuánto cuesta una caída? Los números estadísticos de MotoGP y sus clases soportes hablan de casi mil desparramos anuales, unos más leves que otros, pero todos se llevan algo de dinero.
Mientras esperamos el regreso de las carreras, es bueno conocer algunos de los aspectos que también intervienen en la práctica motociclística. En el competitivo mundo de MotoGP hay que cuidar cada detalle. No solo es cuestión de realizar las máquinas más rápidas, sino de proteger toda esa inversión tecnológica y técnica que surge del desarrollo efectuado en boxes por los ingenieros que representan a las marcas.
De acuerdo a una entrevista publicada por el portal GPOne.com a un integrante de un equipo satélite de MotoGP, se pueden analizar varios datos referentes a los incidentes “extraordinarios” que suceden cuando una moto se sale de pista. ¿Cuánto cuesta una caída?
Independientemente de la inversión que cada marca destina a la competición (una cifra que solamente los departamentos de Investigación y Desarrollo conocen), los equipos privados que disponen del material para utilizar pagan un monto en concepto de alquiler o “leasing”. Cada estructura no oficial abona una cifra aproximada de 2 millones de euros anuales que incluye, además de la moto, los costos de desarrollo y la asistencia directa de los ingenieros de fábrica en pista.
Por más inocente que sea una caída, irremediablemente generan un gasto. Si el golpe se produjo por el barrido de la rueda delantera (algo normal cuando el piloto va más allá de los límites), se arruina el carenado, se rompe la mitad del manillar y varias piezas de carbono (de al menos, uno de los laterales) quedan 100% dañadas. Si el arrastrón terminó en la cama de leca, es seguro que los discos de frenos se estropearon. Al retomar la actividad, no se pueden correr riesgos y dejar que la buena fortuna en un elemento ya no tan seguro detenga una moto a más de 300 km/h, por lo que indefectiblemente hay que cambiarlo. Algo similar pasa con los neumáticos, son tan específicos para su comportamiento que, al sufrir imprevistos, nadie asegura que funcionen correctamente (por lo que, independientemente del uso que hayan tenido, también se desechan).
Lo ideal de después de cada caída sería que solo sea necesario reemplazar aquellas piezas que el equipo tiene en stock (por ejemplo, algunos equipos tienen hasta cinco juegos de tanques de combustibles y radiadores). Después, solicitar una nueva pieza a fábrica, requiere un tiempo mínimo de producción y entrega que muchas veces no coincide con el avance del campeonato.
Por eso, al momento de producirse una caída, las caras de preocupación (y a veces de estupor) en los integrantes del equipo no son solo por conocer el estado físico del piloto, sino por todo lo que viene después para volver a poner la moto en condiciones.
Los precios
Teniendo en cuenta el valor de las piezas que componen una moto de MotoGP, un accidente puede costar muy caro. Un juego de frenos de carbono está por encima de los 10.000 euros, las llantas de magnesio salen 4.500 euros cada una y cada pieza de electrónica que se daña ronda entre 1.000 y 2.000 euros. Eso sin contar los carenados, manillares y piezas de fibra de carbono.
En un cálculo rápido y para tener una idea aproximada, cada caída supone entre 15.000 y 100.000 euros de costo para el equipo. Lo bueno aquí es que, a pesar que muchos elementos pueden romperse al mínimo contacto con el suelo, existe algo que resiste y donde se ahorra al 99,9% incluso en caso de una caída. De acuerdo a los últimos registros, por más grave que sea el accidente, el motor siempre sale ileso (salvo que haya sido la causa primordial por su rotura previa). Un dato tranquilizador, puesto que como se dispone de un número limitado de motores en cada temporada, inutilizar uno a raíz de un tropezón sería un dolor de cabeza adicional.
Las caídas de 2019
Las peleadas batallas que tuvo Moto3 a lo largo de la temporada pasada derivó en muchas caídas. En 19 carreras, 17 se definieron en la línea y 15 con más de dos pilotos en pugna. Por eso registró 404 episodios, donde el debutante Tom Booth-Amos se llevó las palmas (de Moto 3 y todo el campeonato) con 22 desparramos. En Moto2, se registraron 347 caídas y aquí Sam Lowes mantuvo su costumbre de liderar las estadísticas pues posee todo un récord en los últimos años. En esta clase desde 2014 a 2016 sumó 74 revolcones (25, 19 y 30), otros 31 se agregaron durante su única temporada en MotoGP (2017). En los dos últimos campeonatos (de regreso a Moto2) sumó 47 golpes más (27 en 2018 y 20 en 2019). En total, 153 accidentes en seis años mundialistas. ¡Demoledor!
MotoGP registró solamente 220 caídas (no tenía una cifra tan baja desde 2015). Quien más incidentes acumuló fue Johann Zarco con 17 porrazos (y eso que estuvo algunas fechas sin correr). Aquí, hubo una merma en el promedio de caídas para el campeón Marc Márquez. De las 23 caídas del año anterior pasó a 14 en 2019. Desde Honda atribuyeron sus menos frecuentes caídas a un mejor equilibrio de la moto. Sin embargo, la RC213V siguió siendo una de las motos más difíciles de llevar, pues Cal Crutchlow sumó 12 golpes.
Hubo 971 incidentes entre las tres clases y, por primera vez desde 2016, la cifra quedó por debajo de las 1.000. A pesar de contar con un GP más, se registraron 106 episodios menos que en 2018. ¿El responsable? El clima. De las 57 carreras disputadas en total, solo 3 se declararon con lluvia: MotoGP en República Checa, y Moto3 y MotoGP en Austria. El resto, fue con piso seco.