La ausencia de Marc Márquez en el GP de Andalucía generó una competencia abierta y con dominio parcial para una marca. Triplete italiano en Moto2 y homenaje al cielo en Moto3.
“Cuando el gato no está… los ratones bailan”, así reza un dicho popular que tuvo su interpretación en la segunda fecha del año para MotoGP. Marc Márquez desistió finalmente de correr el Gran Premio (“si no lo intentaba, lo hubiera lamentado siempre”, manifestó) y esto permitió apreciar, por primera vez en 128 carreras, una competencia sin el campeón español en pista.
Fabio Quartararo cumplió con su rol de favorito, se impuso de punta a punta y lidera el campeonato con puntaje perfecto (nunca en la historia de la clase reina, un piloto de un equipo satélite salió campeón); en tanto que, para Yamaha, la satisfacción por el podio completo (no lo copaba desde Australia 2014 con Rossi, Lorenzo y Smith), se opacó por un nuevo traspié mecánico (en este caso, se paró el motor de Morbidelli). Sus dos motos oficiales dieron espectáculo al pelear por la segunda posición del podio, con un Valentino Rossi extremando su experiencia en frenada para contener a Maverick Viñales (quién esta vez no erró en la elección de los neumáticos).
Las principales posiciones, con Takaaki Nakagami (Honda) cuarto y Joan Mir (Suzuki) quinto, se fueron determinando mediante otras situaciones que involucraron a las motos del team Ducati Pramac, la caída de Jack Miller y la rotura del impulsor de Bagnaia (además del abandono de Morbidelli). Completaron el Top10: Andrea Dovizioso (Ducati), Pol Espargaró (KTM), Alex Márquez (Honda), Johann Zarco (Ducati) y Alex Rins (Suzuki).
En Moto2, Enea Bastiani saltó desde la Q1 del sábado a una contundente victoria el domingo, para liderar un podio todo italiano junto a Luca Marini y Marco Bezzecchi, triplete que no se repetía en la clase intermedia desde Imola de 1998 (con Rossi, Capirossi y Perugini).
Pese a las alternativas cambiantes que tuvo la prueba de Moto3 (con muchos sorpasos y caídas, como siempre), Tatsuki Suzuki logró imponerse en Jerez tras largar desde la pole position por delante de John McPhee y Celestino Vietti. Para el japonés, fue todo un homenaje al referente del equipo SIC 58 Squadra Corse, ya que el último en ganar en ese circuito desde el primer cajón de la grilla fue el eterno Marco Simoncelli en 2005.