Los lubricantes para moto tienen una complejidad de diseño y formulación superior a la de cualquier aceite de motor o transmisión. Su trabajo es en un mismo lugar físico, motor-embrague-engranajes, a diferencia de los otros vehículos, donde la lubricación se encuentra compartimentada, y tienen a menudo características muy diferentes entre sí.
El motor de una motocicleta requiere de toda la capacidad antifricción que el lubricante pueda proporcionar, así como una viscosidad estable frente a la temperatura de trabajo. La viscosidad es la característica principal del lubricante. Viscosidad es la capacidad que tiene un fluido en oponerse a ser desplazado del lugar que ocupa. Esto es lo que mantiene a los metales de un motor moviéndose muy próximos entre sí, pero separados por una fina película lubricante.
Esta película varía su viscosidad y fluidez ante el aumento o el descenso de la temperatura.
En el caso de un motor refrigerado por aire, donde la refrigeración es altamente variable, no solo debe mantener la viscosidad estable, sino que también debe compensar las dilataciones y contracciones en huelgos de armado amplios, característica de este tipo de motor. La colocación de un radiador de aceite en motos refrigeradas por aire, significa una gran ayuda al permitir al aceite recuperar su viscosidad y evacuar calor del motor, prolongando la vida útil del mismo.
Por el contrario, en motores refrigerados por agua, aunque la viscosidad también deba mantenerse estable, la exigencia en cuanto a variación térmica es menor.
Otro factor de alteración de la viscosidad es la dilución de combustible. La nafta afecta al lubricante reduciendo la viscosidad, con las consecuencias esperadas. Los carburadores son más propensos a diluir combustible en el aceite. La inyección electrónica, siempre y cuando el sistema esté en condiciones, tiende a ser más benévola con el lubricante.
El embrague debe ser refrigerado para evitar que el aumento de la temperatura debida al trabajo continuo afecte el grado de fricción que necesita para su funcionamiento. Refrigerar un embrague en una moto mediante aire, presenta el problema de exponer al mismo al polvo y la suciedad exterior, lo que afectaría su funcionamiento, además de cuestiones de espacio, ubicación y concepto compacto del motor de una moto. En los automóviles y transporte, el espacio entre motor y transmisión es suficiente para mantener su temperatura en límites aceptables. Pero el espacio disponible en una moto es reducido por lo que una manera viable de mantenerlos refrigerados es precisamente en baño de aceite. Puede parecer contradictorio mantener sumergido en lubricante a un elemento que trabaja con fricción. Esto se logra no solo desplazando lo más posible al lubricante del espacio entre ferodos y disco, sino también reduciendo el nivel de antifriccionantes lo más posible sin afectar el desempeño del motor.
La refrigeración por lubricante de los embragues no es exclusiva de las motos. Las cajas de cambio automáticas de convertidor de par y algunas de doble embrague o DCT, refrigeran sus discos de embrague mediante aceite. Incluso los frenos a disco de tractores y máquinas viales solo pueden ser refrigerados de esta forma debido al escaso caudal de aire refrigerante por la baja velocidad a la que transitan. El resbalamiento de los embragues adjudicado al aceite y la pérdida de potencia generada por el motor a la rueda, está fiscalizado por una institución llamada JASO (Japanese Automotive Standards Organization), la cual mediante una serie de pruebas, determina el grado de pérdida admisible.
Consta de tres ensayos básicos: de partida detenida, de pasaje de cambios ascendentes, y de velocidad de crucero sostenida.
Si la pérdida se encuentra dentro de valores admisibles (la mínima posible) el lubricante recibe la certificación JASO MA. Sin embargo, una pérdida de potencia por menor que esta sea, significa que no se está aprovechando al máximo posible la energía del combustible, lo que implica mayor consumo y emisiones. Situación inadmisible para las cada vez más restrictivas normativas medioambientales.
Debido a ello, JASO diseñó ensayos mucho más severos en cuanto a compatibilidad con los embragues sumergidos, JASO MA2, que garantiza la máxima transferencia de potencia a la rueda con la mínima pérdida.
En cuanto a los engranajes de la caja de cambios, estos son demandantes de aditivos extrema presión (EP), los cuales deben ser muy equilibrados en su aplicación, ya que algunos poseen características diferentes a las requeridas por el motor.
Esta suma de complejidades que conforman un lubricante de moto requieren no solo de tecnologías de avanzada en la elaboración de los mismos, sino también de una vasta experiencia en el tema.
Experiencia recogida por MOTUL no solo en la competición del más alto nivel, sino también en uno de los ámbitos más exigentes para el lubricante, la calle. MOTUL investiga, desarrolla y elabora lubricantes desde hace más de 160 años en forma ininterrumpida, constituyéndose en un líder indiscutido.
Informe y fotos: Alberto R. Müller
(E-mail: a.muller@tecsyn.com.ar)
Responsable TEcnico Motul Argentina