La segunda fecha del calendario 2022 se disputó en el trazado Mandalika Street Park, en la isla de Lombok, durante una jornada que se prolongó demasiado en la madrugada argentina por la llegada de la lluvia antes de la carrera final.
Un cuarto de siglo pasó desde la última presentación del Mundial de Motociclismo en Indonesia, uno de los países que hoy marcha tercero en el mercado internacional para la comercialización de motos (7 millones de ventas por año, 80 millones en circulación por sus calles). Si bien el nuevo trazado de Pertamina Mandalika reemplazó al circuito de Sentúl, la pasión del público por las motos y las carreras hizo que 62.000 personas abarrotaran las tribunas y que soportaron la intensa lluvia caída en la previa de la final de MotoGP.
Prácticamente en otra vida, aquella última competencia del 28 de septiembre de 1997 vio como Valentino Rossi prevalecía con Aprilia en camino a su primer título mundial de 125 cc, precediendo a Kazuto Sakata y Jorge Martínez Aspar (todos con la misma mecánica). Este año, otro italiano también se fugó en las primeras vueltas de Moto3 y consiguió una victoria que lo consolida en sus pretensiones de campeonato. En Indonesia 2022 ganó Dennis Foggia (Honda), por delante de un sorprendente Carlos Tatay (marcó la pole con la ‘renombrada’ CFMoto), mientras que tercero fue Izan Guevara (Gas Gas), quien también tiene posibilidades de corona junto con su compañero Sergio García (cuarto en el banderazo final).
Así como en 1997 no fue sorpresa el triunfo de Max Biaggi sobre Tohru Ukawa y Olivier Jacques, el ídolo italiano que buscaba con Honda la concreción de su cuarto título en 250 cc (los otros los había logrado con Aprilia), realmente fue sorprendente el éxito el pasado fin de semana del tailandés Somkiat Chantra, piloto que cuenta con el apoyo de Honda Asia, y que también se escapó desde el arranque para prevalecer sobre tres habían peleado por el triunfo en la fecha inicial de Qatar (Celestino Vietti, Aron Canet y Sam Lowes).
Pero si había que esperar sorpresas, estas se produjeron en la clase mayor. Primero, promediando la mañana, a raíz del violento accidente de Marc Márquez en la prueba de tanques llenos que lo marginó de la competencia (se confirmó un nuevo caso de diplopía en su visión y es duda para el GP de Argentina). Más tarde, cuando todo estaba servido para la final de MotoGP, la llegada de un verdadero aguacero que obligó incluso la aparición de una ‘Pawang Hujan’, para ejercer una especie de ritual y pedir para que cese la lluvia, ni inmutó a los fanáticos locales.
Una hora más tarde de lo previsto, se apagó el semáforo y, como toda competencia con suelo mojado, fue una lotería. En la final de 500 cc de 1997, el podio completo fue para los integrantes del exitoso (por entonces) equipo Repsol Honda, con triunfo para Tadayuki Okada por delante de Mick Doohan y Alex Crivillé. El domingo, en la isla de Lombok, el podio fue un madero que salvó el mal inicio de temporada para unos y sacó a flote de rachas negativas a otros.
Ganó con autoridad Miguel Oliveira, confirmando que KTM puede tener en 2022 un gran año (su compañero Brad Binder fue escolta en Qatar). El lusitano venía de no sumar puntos en siete de las últimas diez carreras, con apenas ocho puntos sumados, y se llevó 25 unidades que le sirven de aliciente. Sus escoltas, fueron los franceses Fabio Quartararo y Johann Zarco; el primero demostrando que puede correr con el piso húmedo y metiéndose de lleno en la lucha por el campeonato; el segundo, agradecido de volver al podio, un sitio que hacía doce carreras que no visitaba. ¿El resto? Regular, salvando los platos en más de un caso y esperando que la incursión al paraíso de Indonesia terminase lo antes posible. ¿Nosotros? Ilusionados al ver la finalización de la segunda fecha del año y que todos los protagonistas apunten hacia el próximo destino. Termas de Río Hondo los espera.